Frecuentemente encontramos programas de eLearning en los que se iniciaron operaciones sin la definición previa de procesos, más aún, sin la definición de políticas y lineamientos, y si bien la justificación, también frecuente, es la premura por lanzar el servicio por diversas razones (no hubo tiempo para definir los procesos, ausencia de personal que los realizara, había que firmar contratos, etc), el tiempo pasa la factura de crecer sin control.
Uno de los puntos donde se evidencia el crecimiento descontrolado es la falta de información fiable, pues aunque uno de los beneficios del eLearning es precisamente registar cada paso de los participantes, en programas en los que no se definieron procesos no se cuenta con métricas bien definidas ni datos que puedan respaldar a las que pudieran existir.
Un ejemplo: se requiere saber cuántos estudiantes de “x” programa formativo de la ciudad “y”, del rango de edad “a-b” tienen un bajo desempeño escolar, pero a la hora de hacer los cruces de datos no es posible obtenerlos o se obtiene información errónea. Aquí se pudiera haber previsto la situación al definir un proceso de registro solicitando y validando determinados datos.
Queda en evidencia que para disfrutar de los beneficios del elearning, hay que considerar el factor “Gestión” a la hora de planificar un programa de formación basado en eLearning y dedicar el tiempo necesario, involucrando a todos los actores, en la definición de políticas, procesos y procedimientos asociados a efectos de crecer de forma sana.
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